LAS OLAS
LAS OLAS
Llamamos olas al movimiento ondulatorio y
rítmico de las aguas del mar, provocado generalmente por el viento. Las olas
son verticales a la dirección de su propagación, y en su seno las partículas de
agua se mueven describiendo orbitas circulares o elípticas, que disminuyen de
tamaño conforme aumenta la profundidad. Las olas se propagan a una velocidad
media comprendida entre 10 y 50 m/s.
Para comprender la forma y
el mecanismo de las olas, hay que distinguir en ellas diversos elementos y
características:
La cresta, que es la zona más
alta de la ondulación.
El seno, que es la parte más
baja de la ondulación.
La altura, o distancia vertical entre la cresta y el seno, medida en
metros.
La longitud de onda, que es la distancia horizontal entre dos crestas o dos senos.La altura de las olas depende básicamente de la fuerza del viento y de la profundidad del agua. Cuando este viento es fuerte y constante, puede superar los 10 m, y en los grandes temporales puede rebasar incluso los 15 m. en cambio, si el viento esta encalmado, las olas pueden llegar a ser casi inapreciables. Existe, no obstante, una situación especial en la que se registra un oleaje notable a pesar de que el viento permanece en calma. Es el llamado mar de fondo, constituido por olas que se han desplazado desde regiones muy lejanas, donde se han formado por la acción de los intensos vientos.
La longitud de onda, que es la distancia horizontal entre dos crestas o dos senos.La altura de las olas depende básicamente de la fuerza del viento y de la profundidad del agua. Cuando este viento es fuerte y constante, puede superar los 10 m, y en los grandes temporales puede rebasar incluso los 15 m. en cambio, si el viento esta encalmado, las olas pueden llegar a ser casi inapreciables. Existe, no obstante, una situación especial en la que se registra un oleaje notable a pesar de que el viento permanece en calma. Es el llamado mar de fondo, constituido por olas que se han desplazado desde regiones muy lejanas, donde se han formado por la acción de los intensos vientos.
Las olas chocan contra las
costas, rompiéndose y produciendo normalmente una gran cantidad de espuma. Esta
fuerza de rompimiento es la que da origen a la formación de los acantilados,
mientras que los materiales que las aguas depositan al romperse dan lugar a la
aparición de las playas. De todo ellos se tratara con más detenimiento en el
capítulo siguiente.
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