El movimiento de las placas

Acabamos de conocer los procesos que han llevado a la formación de las placas litosféricas. Pero estas placas siguen en movimiento, por lo que ahora debemos analizar cómo se desplazan y cómo interactúan unas con otras

En las denominadas dorsales o crestas centro oceánicas, las placas se separan unos pocos centímetros cada año, esto se debe al conocido proceso de creación de la litosfera que tiene lugar en el fondo de los océanos.

Por las dorsales o crestas centooceanicas, que son en realidad los valles hundidos que han dado origen a la separación de los continentes, emergen continuamente materiales volcánicos que renuevan la litosfera oceánica. Estos materiales, que brotan por lo general estado líquido o viscoso, se solidifican al llegar a la superficie y se depositan sobre el fondo, a ambos lados de las dorsales, desplazando a los materiales que había anteriormente, este proceso da lugar a una expansión del fondo oceánico que tiene que ser compensada necesariamente por un proceso de signo contrario, pues en otro caso la superficie de la Tierra aumentaría constantemente, cuando es un hecho constatado que mantiene su tamaño.

Observamos por tanto, que al proceso de renovación y creación de la litosfera oceánica se opone otro de destrucción de la misma, por el primero, las placas litosfericas se separan; por segundo, se aproximan y se hunden unas debajo de las otras, el primer proceso de denomina de separación; el segundo, de subducción.

La subducción tiene lugar cuando dos placas que avanzan una hacia otra llegan a encontrarse; entonces, una de las placas se pliega y se desliza debajo de la contraria, esta placa sigue avanzado hacia abajo y alcanza grandes profundidades, donde los materiales se funden y pasan a formar parte de nuevo de la astenosfera. Así, se completa el siclo: por un lado, ascienden materiales de la astenosfera por el centro de las dorsales oceánicas; por otro lado, otros materiales vuelven a ella a través de los márgenes de las placas litosfericas que se hunden. La superficie de la tierra se renueva permanentemente, pero su tamaño permanece constante.

El acercamiento que da lugar a la subducción puede tener lugar entre dos placas oceánicas o entre una placa oceánica y una continental, cuando son dos placas oceánicas las que se acercan, normalmente se forma un arco insular volcánico flanqueado por una gran fosa submarina, es el caso por ejemplo, del Japón y las islas Marinas , cuando se aproximan una placa continental y una oceánica, los materiales sedimentarios acumulados en el fondo del océano se despliegan y se fracturan, dando origen a una cadena montañosa, así, se han formado cordilleras como los Andes.

También puede darse el caso de que se aproximen entre si dos placas continentales, entonces, como las dos suelen ser de grosor y composición muy semejantes, no se produce subducción, sino que una se desliza sobre la otra, sufriendo un plegamiento como consecuencia del rose y dando origen asimismo a una cadena montañosa, así, explica, por ejemplo, la formación del Himalaya, resultado de la colisión de la placa de la península del Deccán con la placa euroasiática. Finalmente dos placas contiguas pueden resbalar una contra otra, dando origen entonces a las llamadas fallas transformantes, estas zonas son áreas de gran inestabilidad, en las que se registran por lo general una importante actividad sísmica, constituye un buen ejemplo la falla San Andrés, en la costa occidental de América del norte.

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