LOS TERREMOTOS, SUS CAUSAS Y SU DISTRIBUCIÓN

Con el nombre de terremoto se designa una sacudida o vibración rápida y violenta de la superficie terrestre, que puede llegar a producir cambios en el paisaje natural y grandes destrozos en las ciudades y asentamientos humanos. Los terremotos se llaman también sismos o seísmos. Los terremotos y sismos se registran en las estadísticas sísmicas o sismológicas, por medio de aparatos llamados sismómetros y sismógrafos. A veces, son tan ligeros que no llegan a ser apreciados por el hombre y solo quedan registrados en esos instrumentos. Anualmente se producen en todo el planeta unos 150.000 fenómenos sísmicos, de los que solo un 20% son perceptibles.

Los terremotos se originan en el interior de la Tierra, en un punto llamado foco o hipocentro. Cuando el foco está situado a menos de 70 km de profundidad, se dice que el terremoto es superficial; cuando se localiza entre 70 y 300 km de profundidad, se dice que es un terremoto intermedio; y cuando se allá a más de 300 km de profundidad, se habla de un terremoto profundo.

El punto de la superficie terrestre situado perpendicularmente sobre el foco o hipocentro recibe el nombre de epicentro, y es normalmente el punto más afectado por el terremoto. Desde el foco y desde el epicentro, el sismo genera unas ondas mecánicas, denominadas ondas sísmicas, que se propagan por el interior de la Tierra y también por la superficie. Las ondas superficiales son más lentas que las profundas, pero desplazan mayor energía y son las que causan los grandes destrozos que provocan a veces los terremotos. Cuanto mayor es la distancia respecto al epicentro, menores son las consecuencias que se derivan de las propagaciones de las ondas sísmicas.

Los sismos pueden tener su hipocentro debajo de los continentes o debajo de los océanos. En este último caso, el epicentro se encuentra en el fondo del océano y no en la superficie delas aguas, y el terremoto se denomina maremoto (en Japón, tsunami). Los maremotos producen una fuerte convulsión en las aguas del mar y generan olas gigantescas que se desplazan a velocidades enormes. Si estas olas alcanzan las proximidades de la costa, provocan terribles inundaciones y daños cuantiosos. El mayor maremoto que se ha registrado hasta nuestros días se produjo en el año de 1946, en las profundidades del océano Pacifico: provoco olas de hasta 14 m de altura, que en cuatro horas recorrieron 3.500 km y arrasaron la ciudad de Hilo, en las islas Hawái.

Los terremotos se miden por medio de dos escalas, una sirva para expresar su intensidad y la otra su magnitud. La intensidad de un sismo se determina a partir de los efectos que producen las ondas sísmicas en la zona afectada, y se mide por medio de la escala de Mercalli. Esta escala, llamada también MSK-1964, consta de doce grados, desde la intensidad I, cuando el sismo solo es perceptible por los sismógrafos, hasta la intensidad XII, que corresponde a un cataclismo que provoca cambios importantes en el paisaje natural, como la aparición de grandes grietas en la superficie terrestre o la desviación del cauce de los ríos. Los de intensidad III y IV empiezan a ser perceptibles por los seres humanos, aunque solo si se encuentran en el interior de algún edificio. Un terremoto de intensidad máxima fue el que tuvo lugar en San Francisco (EUA) en 1906; una de sus consecuencias fue la aparición de una enorme grieta de 470 km de longitud, que todavía puede seguirse en la superficie.

La magnitud de un sismo expresa la cantidad de energía que se libera en el foco en el momento de producirse. Se mide por medio de la escala de Richter, que comprende diez grados. Esta escala fue establecida en 1935 por el sismólogo estadounidense Charles Francis Richter en base a las mediciones obtenidas  por los sismógrafos.

Los terremotos se producen siempre como consecuencia de los desplazamientos o interacciones de las placas litosféricas. Por este motivo, representan una fuente de información inapreciable sobre los mecanismos de la tectónica de palcas, y su distribución geográfica se corresponde casi milimétricamente con las zonas de contacto entre distintas placas. Las áreas con mayor frecuencia de terremotos, que coinciden con las de mayor actividad volcánica, son el cinturón de fuego del Pacifico y la región mediterránea-asiática. En ellas tiene lugar el 80% de los sismos que se registran en nuestro planeta.

LOS TERREMOTOS MÁS DEVASTADORES
Fecha
Región o localidad
País
Magnitud
Víctimas
1556 (16-1)
Gansu
China
8,3
1.000.000
1693 (11-1)
Sicilia
Italia
-
60.000
1755 (1-XI)
Lisboa
Potugal
9
60.000
1783 (5-II)
Calabria
Italia
-
100.000
1797 (4-II)
Quito
Ecuador
-
40.000
1906 (18-IV)
San Francisco
EUA
8,2
700
1906 (17 -VIII)
Valparaíso
Chile
8,6
2.500
1908 (28-XII)
Sicilia
Italia
-
100.00
1915 (13-I)
Avezzano
Italia
7,5
30.000
1920 (16-XII)
Gansu
China
8,5
180.000
1923 (1-IX)
Tokyo
Japón
8,2
150.000
1932 (26-XII)
Gansu
China
7,6
70.000
1939 (25-I)
Chillán
Chile
8,3
25.000
1960 (29-II)
Agadir
Marruecos
5,8
15.000
1960 (25-XII)
Lebu-Valdivia
Chile
8,3
5.700
1963 (26-VII)
Skopje
Yugoslavia
6
1.100
1970 (4-I)
Yunnan
China
7,5
55.000
1970 (31-V)
Ancash
Perú
7,8
67.000
1972 (23-XII)
Managua
Nicaragua
6,2
10.000
1976 (6-V)
Guatemala
Guatemala
7,5
23.000
1976 (27-VII)
Tangshan
China
7.8
655.000
1976 (24-XI)
Van
Turquía
7,3
3.700
1978 (26-IX)
Tabas
Irán
7,7
15.000
1980 (10-X)
El-Asnam
Argelia
7,3
20.000
1980 (23-XI)
Nápoles
Italia
6,9
2.700
1981 (28-VII)
Kerwan
Irán
7,1
5.000
1985 (3-III)
Santiago
Chile
7,6
180
1985 (19-IX)
C. de México
México
7,8
5.000
1990 (20-VI)
Zanján
Irán
7,7
40.000

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