La circulación general atmosférica

Sabemos ya que existen alrededor de la Tierra grandes franjas de bajas y altas presiones, que se van alternando desde el ecuador hasta los polos. Estas franjas son permanentes y, aunque se desplazan ligeramente hacia el norte o hacia el sur, determinan el clima de todo el planeta, puesto que cada región del globo terráqueo se ve sometida al efecto dominante de una de ellas o de dos franjas contiguas. Además, entre unas y otras soplan vientos constantes que tienen también una gran incidencia en el tiempo y el clima.

En un principio, los científicos explicaron esta sucesión de bajas y altas presiones, denominada circulación general atmosférica, como resultado de la existencia sobre el ecuador de una corriente de aire ascendente derivada de las altas temperaturas reinantes. Según esta teoría, esa corriente ascendente ecuatorial desencadenaría una sucesión de ciclos de ascenso y descenso del aire mediante los cuales sería posible explicar el dinamismo atmosférico en su totalidad. Sin embargo, en la actualidad se piensa que la distribución de las altas y bajas presiones se debe más bien a la intervención de una corriente muy rápida existente en las capas altas de la atmósfera. Esta corriente, que recibe el nombre de Jet-stream o corriente del chorro, se encuentra situada entre las latitudes 50o y 60o norte y sur, es decir, existe en los dos hemisferios, y provoca a cada uno de sus lados una serie de movimientos ascendentes y descendentes del aire que explicarían la existencia de altas presiones a su derecha y de bajas presiones a su izquierda.

Sea cual fuere, no obstante, el origen de la circulación general atmosférica, lo cierto es que existen sobre la Tierra grandes franjas de bajas y altas presiones, denominadas centros de acción atmosférica. Son las siguientes: una zona de bajas presiones ecuatoriales, dos zonas de altas presiones subtropicales que flanquean la anterior, dos zonas de bajas presiones templadas y dos zonas de altas presiones polares.

La distinta distribución sobre la Tierra de las zonas de altas y bajas presiones y de las masas de aire, representada en la figura de la izquierda, da lugar a la aparición de ecosistemas tas distintos como el polar (arriba) o al tropical (abajo).

Las bajas presiones ecuatoriales se encuentran sobre el ecuador, entre los 5o de latitud norte y sur. En ellas, el aire recalentado junto al suelo va ascendiendo hasta formar dos corrientes divergentes de vientos, en el extremo superior de la troposfera, denominadas contralisios.

Entre los 30o y 35o de latitud norte y sur se sitúan las altas presiones subtropicales, donde el aire desciende desde las capas altas de la atmósfera hasta el suelo. Este descenso del aire elimina toda humedad e impide la formación de nubes, y es la causa de que en esa zona se encuentren los grandes desiertos de la Tierra.

Desde las altas presiones subtropicales soplan vientos superficiales hacia las bajas presiones ecuatoriales. Recuérdese que las altas presiones son centros de divergencia de vientos, y las bajas presiones, zonas de convergencia. Estos vientos constantes de las latitudes tropicales se denominan alisios, y soplan en dirección noreste-suroeste en el hemisferio norte, y sureste-noroeste en el hemisferio sur. Son, por tanto, vientos del este, y fueron muy utilizados durante la época de la navegación a vela, ya que los navegantes elegían como ruta desde Europa a América la zona afectada por ellos, puesto que impulsaban las naves hacia el oeste.

Las bajas presiones templadas están situadas a unos 50o de latitud norte y sur. En estas zonas ascienden hacia las capas altas de la atmósfera los vientos procedentes de las altas presiones subtropicales, llamados vientos del oeste porque soplan desde dicho punto cardinal. Estos vientos se orientan de suroeste a noreste en el hemisferio norte, y de noroeste a sureste en el hemisferio sur. Así, por ejemplo, en las costas occidentales de Europa soplan desde el mar, y son en consecuencia los vientos húmedos que dan origen a la elevada pluviosidad característica de la región atlántica.

Los monzones en invierno y en verano en el sur de Asia.

Hacia los 70o de latitud, norte y sur, se sitúan los últimos centros de acción importantes, las altas presiones polares, que se forman como con secuencia del frío reinante en los polos. En ellas el aire desciende desde las capas altas de la atmósfera hasta el suelo, desde donde se dirige, en forma de vientos del este, hacia las bajas presiones templadas.

En esta zona, el contacto entre el aire frío polar y el aire cálido tropical da origen al denominado frente polar, que se presenta como una especie de plano inclinado en que el aire polar, más denso, se introduce en cuña por debajo del aire tropical, más ligero. El frente polar es una zona meteorológicamente muy activa, en la que se forman constantemente frentes fríos y frentes cálidos, que son a menudo el origen del tiempo inestable en las regiones templadas. Por encima del frente polar circula la corriente del Jet-stream.

Como consecuencia del movimiento de rotación de la Tierra, este sistema de altas y bajas presiones se desplaza hacia el norte, en una época del año, y hacia el sur, en otra. A raíz de esto, las regiones templadas se ven afectadas, en verano y en invierno, respectivamente, por las altas presiones subtropicales y por las bajas presiones templadas. Es decir, en esas regiones el tiempo es estable en verano e inestable en invierno. Del mismo modo, el desplazamiento de las bajas presiones ecuatoriales aporta lluvias a las franjas situadas al norte y al sur del ecuador, que de otro modo se verían afectadas constantemente por las altas presiones subtropicales y, en consecuencia, sometidas a una permanente sequía. Al margen de este comportamiento general de la atmósfera, se dan algunas situaciones especiales que son, por lo común, de origen térmico. En Siberia, por ejemplo, las bajas temperaturas dan origen en invierno a un anticiclón, en una zona que debería verse afectada por las bajas presiones templadas. Lo contrario ocurre en las regiones tropicales, donde el calor reinante durante el verano, en una zona que debería estar sometida a las altas presiones subtropicales, puede generar sobre los continentes depresiones aisladas.

Como consecuencia de estos cambios térmicos que se producen sobre los continentes, el sureste de Asia está sometido permanentemente a una situación especial con vientos propios. En invierno, el anticiclón siberiano hace soplar los vientos de tierra a mar, donde existe una zona de bajas presiones. Aparece entonces el llamado monzón de invierno, un viento seco que aporta buen tiempo. En verano la Situación se invierte, y entonces las presiones son más elevadas sobre el océano que en el interior del continente. En esa época, los vientos soplan de mar a tierra, originando el llamado monzón de verano, viento cargado de humedad que genera gran abundancia de precipitaciones.

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