LAS NUBES
El aire, que normalmente es invisible, se hace visible cuando en el aparecen las nubes, que anuncian lluvias y pueden adoptar tamaños y formas muy diversos.
Las nubes surgen cono consecuencia de dos procesos que tienen lugar contantemente en la atmosfera: la evaporación y la condensación. Por la evaporación, una parte de agua que hay en la superficie terrestre para al aire en forma de vapor de agua.
La cantidad de vapor de agua que contiene el aire determina la humedad atmosférica, un factor que posee una gran incidencia en el clima ya que, por ejemplo, aumenta la sensación de calor en las regiones cálidas. También suele ocurrir que en las zonas con una elevada humedad atmosférica se reduce la ingesta de agua, y la sensación de sed sea menor que en las zonas secas. La humedad atmosférica se mide con el higrómetro.
La evaporación y una tasa de humedad atmosférica son imprescindibles para que se formen las nubes. Pero estas aparecen, de hecho, como consecuencia de la condensación, el proceso contrario de la evaporación, por cuanto provoca que el vapor de agua se convierta de nuevo en agua liquida. Para que esto ocurra es necesario que el aire se enfrié hasta alcanzar su punto de saturación, es decir, el nivel a partir del cual no puede contener más vapor de agua, y que la atmosfera contenga además partículas de polvo o cristal de sal sobre los que el agua pueda depositarse.
Las nubes así formadas pueden ser blancas, grises o negras, en función de su densidad y de la iluminación que reciben del Sol. Las nubes blancas son menos densas y más iluminadas por el Sol, y a la inversa.
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