LAS TORRENTERAS

Las torrenteras, denominadas también aguas salvajes o aguas de escorrentía, son las aguas que circulan por la superficie de la tierra libremente, es decir, sin seguir un cause fijo. Estas aguas circulan de forma esporádica, solo cuando las lluvias son tan intensas que sobre pasan la capacidad de absorción del suelo.

Las aguas de escorrentía resultan más bien perjudiciales, ya que su fuerza erosiva es enorme. Por este motivo, en las regiones áridas, donde no existe una cubierta vegetal capaz de proteger el suelo, causan grandes estragos en el paisaje.

Cuando discurren sobre terrenos rocosos, las aguas salvajes erosionan en las rocas, alisándolas y quitándoles las aristas más salientes y agudas. Sus efectos, en estos casos, se advierten con el paso del tiempo y no son graves. En cambio, cuando las escorrentías circulan sobre materiales blandos, como las arcillas, por ejemplo, o en zonas desprovistas de vegetación, dan origen a un paisaje muy característico denominado badlands. Ya el propio termino ingles que lo designa, que en castellano traducimos por "tierras malas", indica los efectos tan perjudiciales que tienen las torrenteras. De hecho, estas aguas salvajes arrancan el suelo y erosionan profundamente el terreno, sobre todo en las cuestas y vertientes, abriendo en ellas profundas brechas que les confieren un aspecto abarrancado, muy quebrado y accidentado. Los badlands son característicos de las regiones áridas y desérticas, y están constituidos por surcos profundos separados entre sí por pronunciadas crestas.

En algunas zonas, el agua de las torrenteras puede dar lugar a curiosas formas de erosión, como las pirámides de tierra o dame coiffée. Como su nombre indica, son pirámides que sobre salen claramente del terreno circundante y, como sugiere el termino francés, tienen encima una especie de cobertera o sombrero. Esta cobertera es un retazo de roca dura que ha protegido a la roca más blanda que hay debajo, impidiendo su erosión, mientras que en el entorno de la pirámide, falto de protección, ha sido devorado por la fuerza de las aguas.

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